Lupa en mano y cámara en ristre, paseando por lo mejor y lo peor de la ciudad
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miércoles, 25 de julio de 2012

Las casas terreras de Santa Cruz (II)

Para completar la información expuesta en la entrada anterior, paso a pormenorizar los núcleos donde he encontrado un mayor número de ellas o donde se ubican algunos ejemplares dignos de reseñar por su peculiaridad. Por lógica, dada su condición de ser marinero y pescador, en el barrio de San Andrés existe una variada muestra de estas antiguas viviendas, aunque pocas están habitadas. Podemos encuadrarlas en el nivel de las más modestas, por sus rasgos definitorios, aunque muchas aportaron la singularidad de estar rematadas por tejados y no por azoteas. El dibujo a pluma que forma parte de las imágenes, realizado por D. Manuel Sánchez, ilustre acuarelista lagunero, en los primeros años 60, da fe de esta particularidad y, hoy, aún se conserva alguna. Otra característica actual es que algunas aparecen pintadas en blanco con franjas azul celeste, colores muy propios de lugares junto al mar. 
En aquel otro barrio que también tuvo sabor a sal y olor a yodo marino, El Toscal, la calle de Santiago nos ofrece la conocida Ciudadela, con modestas casas con puerta y una única ventana, bien conservadas, de poca altura, con una techumbre corrida que las cubre a todas, y pintadas con vivos colores contrastados. La mayoría está deshabitada y el conjunto ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por el ayuntamiento capitalino. También los pasajes de Pisaca y de Ravina muestran ejemplares muy cuidados y que siguen siendo vivienda de muchos de sus vecinos. Por contra, en la de Tribulaciones se mantiene en pie en torno a una decena, tapiadas y en un estado deplorable, la mayoría. En ella, desemboca el Callejón del Señor de las Tribulaciones, que alberga otra de las ciudadelas de El Toscal, aunque su aspecto dista mucho de la de Santiago. Todas ellas constituyen el conjunto más genuino y antiguo de la capital. 
A medida que se asciende por la ciudad, la situación observada en El Toscal se advierte en las que se van descubriendo, aunque sean posteriores a las de aquel barrio. De Este a Oeste y de Norte a Sur, podemos sorprendernos con la presencia de muchas casas terreras en el mismo margen de una misma vía o alternadas entre construcciones de mayor altura. Estas comprobaciones llevan a concluir que aquel primer asentamiento en las inmediaciones marinas dio lugar a una expansión, por todo el espacio urbanita, que hizo que se convirtiera en el inmueble más solicitado de aquellos 50 o 60 primeros años del siglo XX. Los documentos gráficos que existen sobre cómo era esta capital, entonces, son una prueba inequívoca de su abundante presencia en las calles y barrios de la época, y como imagen muy significativa, la de la Rambla de Pulido, en su confluencia con la Plaza de La Paz, captada en 1924. 
En el barrio de Salamanca, en calles como Isla de La Gomera o Prosperidad, se observan las más auténticas y mejor conservadas de aquellas cuyas fachadas parten directamente de las aceras. Llama la atención, en la segunda de las reseñadas, la existencia del Pasaje de Agulo, muy diferente a los que posee el barrio de El Toscal. En las de Manuel Verdugo, Obispo Pérez Cáceres o Veremundo Perera están las más interesantes del barrio del Urugüay, con sólo siete calles que le hacen ser el más pequeño y uno de los más antiguos rincones del municipio capitalino. Su rasgo distintivo, - y que las hace únicas -, son los cuidados jardines que las anteceden. 
El barrio de El Cabo-Llanos conserva un reducto con algunas muestras dignas de señalar en calles como Emilio López, detrás del antiguo rascacielos de la Avenida 3 de Mayo, Pérez Zamora, José Hernández Alfonso, muy cerca de la rotonda, y la zona baja de Leoncio Rodríguez. 
Más arriba, en el barrio de El Perú, en las empinadísimas calles de Juan Rumeu García y Rafael Arocha Guillama, descubrimos seis o siete de modestas facturas. Ya cerca de la Vuelta de los Pájaros, aparece un curioso reducto en la calle Francisco Pizarro, donde todas sus viviendas lo son, aunque alguna de construcción más tardía. 
Otra zona más alejada, la constituye Vistabella que, en sus calles Asiria y Beril, conserva cinco casas al más puro estilo de las del barrio de Salamanca, aunque alguna en estado semirruinoso. 
Mención aparte queremos hacer a otra suerte de casas terreras existentes en el barrio de La Salud Bajo. Fueron edificadas en torno a los años 60, en calles que, en su mayoría, desembocan en la Avenida de Venezuela, eje principal a partir del cual se fue construyendo el que, a mediados de los 70, sería el distrito más poblado de esta capital. Son viviendas de menor altura y con puertas y ventanas bastante más pequeñas que las de sus hermanas mayores y elementos decorativos más geométricos. 
Desconozco si el Ayuntamiento de Santa Cruz posee algún censo y normativa sobre este tipo de construcciones y, si no los tiene, sería una buena referencia, para hacerlo, lo que dice el lúcido historiador lagunero, D. Álvaro Santana Acuña, en una entrevista publicada en loquepasaentenerife.com, con respecto a las terreras de la vecina ciudad de La Laguna, que "Respetando al máximo su arquitectura única, las casas terreras deshabitadas o en ruinas pueden ser transformadas en salas de estudio, salones de gimnasia, un Museo de la casa terrera, puntos de cercanía de la biblioteca municipal, locales de usos múltiples para el disfrute de vecinos y asociaciones. Sería una inversión menos costosa que la restauración de un palacio y sobre todo más útil para la vida diaria de los ciudadanos." Hago mías sus sensatas palabras y espero que algún día y antes de que desaparezcan las que aún tenemos en esta otra población del área metropolitana, alguna corporación municipal tenga la cordura y sensibilidad suficientes como para poner en marcha ideas que permitan conservar, a pesar del paso de los años, estos trocitos de la historia más sencilla y doméstica de esta capital. Sería un buen legado para los que vienen detrás. 

Nota de la autora: en loquepasaentenerife.com se publicó, el 1 de Marzo del presente año, la crónica que aglutina las dos entradas dedicadas, en este blog, al tema de las casas terreras en Santa Cruz.

1 comentario:

  1. Gracias, Charo. La verdad es que paseo esta ciudad con otros ojos desde que sigo tu interesantísimo trabajo. No me pierdo ninguno de los detalles que comentas.

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